
—¿Y me estás diciendo que esto es de lo mejor que has probado?
Marisa mira a su amiga, Clara, que alza una ceja mientras examina el vaso que contiene una especie de batido de color dorado. A un lado del fregadero está el sobre del que la primera ha extraído dos cucharadas y las ha disuelto en leche previamente.
La bebida enseguida empezó a adoptar un color amarillo vivo conforme las cucharilla la mezclaba en el líquido.
—Pues sí. No solo está muy recomendado, es que, de verdad, te ayuda. Te ayuda a echar el día, te ayuda a equilibrar el cuerpo. En serio, no te rías, no es ninguna magufada, esto solo son elementos naturales.
—Ya —contesta Clara—, me vas a decir que es amarillo por ser natural.
—El azafrán también tiñe de amarillo las comidas, ¿verdad? Pues en este caso eso lo hace la cúrcuma.
—Uy, he oído hablar de ella. Sirve para cocinar, ¿no?
—Y mucho más —Marisa se pone cómoda y le da un sorbo a la bebida de forma natural. Vuelve a dejar el vaso—. Es cierto que lo usan en la cocina, sobre todo la asiática, pero además como especia e ingrediente tiene muchas propiedades. Hay estudios, vamos.
»Mira, a esta bebida la llaman leche dorada. Lleva cúrcuma, canela, jengibre, pimienta y harina de coco, que lo hace un poco distinta a la receta original pero le da un punto aún mejor, para mis gusto. No te estoy vendiendo ninguna moto, solo te digo que tomar un vaso de esto al día, de verdad que sirve.
»Además —se acerca de nuevo al sobre y lo coge para que Clara lo lea—, todos los ingredientes son de producción ecológica.
Clara acaba acercando el vaso de nuevo, lo huele y toma un sorbo.
—Podría acostumbrarme al sabor. Es potente.
Marisa ríe.
—Bueno, el Cúrcuma Care desde luego te hace saber que estás tomando esos ingredientes, no te los tapa con otros sabores artificiales.
Clara es la que ríe ahora.
—Sí, eso es verdad.
—Mira, tengo otro sobre. Te lo llevas y lo pruebas. Y ya me vas diciendo. Que podría contarte todos esos beneficios, lo de que es antioxidante, antiinflamatorio, digestivo… Pero en vez de contártelo, prefiero que me lo cuentes tú después de probarlo. ¿Te parece?
—Venga, hecho. Pero porque me lo dices tú, ¿eh?
—No lo digo yo. Lo dicen ellos y tienen razón —dice Marisa señalando la etiqueta del envase blanco con la pegatina naranja en la que se lee el logotipo de NYU.—Venga, acábatelo, que tenemos que irnos, nos espera un día intenso.
—No me lo recuerdes —dice Clara poniendo los ojos en blanco y apurando el vaso.
¿Te interesa Cúrcuma Care?
