A veces el café no es suficiente. Hace falta más porque el día a día, el pelear por sacarlo todo adelante y hacerlo a tiempo y bien no nos deja más energía. De eso va el tema: de energía.
Por eso cuando a Marcos le dicen que en el gimnasio que va a tope, él sabe a qué se refieren: a que nunca lo deja a medias, que acaba todas las rutinas, todas las tablas, y aún le queda suficiente para el resto del día.
Pero no, no penséis nada raro: Marcos descubrió que un suplemento te podía ayudar más de lo que esperas para hacerlo todo, para que no te falte la energía durante el día y no tengas que renunciar a actividades que sabes que te pueden agotar. Ni siquiera teniendo dos niños en casa con los que pelear cuando están bravos.
Y es que NYU Energy Plus supuso ese cambio, ese “no voy a renunciar a nada para poder llevar la vida que quiero” que Marc se planteó. Y no es el único que la toma.
—Venga ya, Marcos, no voy a tomarme eso —le dijo su mujer, Lucía, arrugando el gesto mirando la cucharada de yogur.

En realidad el preparado, un yogur con frambuesas, nueces y el polvo oscuro que Marcos le había echado le resultaba raro. Pero extrañamente apetecible.
—Vamos, Lu, esto no tiene nada de raro. Míralo, lo pone aquí, además yo ya lo he probado, ya me has visto. Es un suplemento. Otros prefieren otras marcas pero a mí me gusta esta, que además lo tiene todo natural y además te dice hasta de qué país es cada ingrediente, mira:
» Lleva cacao, que sabes de sobra lo bueno que es. La harina de coco que tiene fibra y proteínas…
Lucia le quitó el sobre de la mano y miró los demás ingredientes.
—¿Qué es eso de la lúcuma?
Marcos se encogió de hombros.
—Míralo en Wikipedia, y verás.
Lucía sacó el móvil y lo buscó.
—Minerales, hierro y calcio, vitamina B3, betacarotenos, niacina… tú me has hablado de todo esto antes… ¿todo esto lo tiene la misma fruta?
—La misma —fue la respuesta de Marcos.
—Ah, ¡lleva maca! Pero si fui yo quien te dijo lo que era.
—Sí, me acordé de ti cuando lo leí. Me parto, je, je, je. Anda, pruébalo un poco.
Lucía miró por un momento con desconfianza a Marcos mientras escuchaba por detrás cómo los niños venían ya y se disponían a entrar en la cocina en tromba. Entonces se decidió: necesitaría ella también algo de energía extra… Así que lo probó del bol. Sabía a cacao y un poco de maca de fondo… No estaba mal, no. Se dio la vuelta, llevándose el cuenco mientras masticaba una frambuesa y una nuez, mezclando ambos sabores con el del preparado de Energy Plus.
—¡Oye que es mío! —dijo Marcos con una sonrisa.
—¡Hazte otro! ¡Este Energy es para mí!
Bueno, se encogió de hombros, ¿Quién no necesita energía extra? Mientras no lo pillaran los niños…